(Valencià) Llegir per osmosi

13 julio, 2023 12:30a20 octubre, 2023 23:59

Báner de Leer por ósmosis

Leer por ósmosis
Artista: Clara Moreno Cela

Inaugiración 13 de julio a las 12.30 horas en la sala Universitas

13 de julio – 20 de octubre de 2023
Sala Universitas
Edificio Rectorado y Consejo Social
Universidad Miguel Hernández de Elche

Un conjunto de seres devoran la biblioteca que habitan para comprender de dónde provienen y así crear una bibliografía (metabolizada) de pertenencia. Monstruos provenientes de los pececillos de plata, las ratas, los piojos de los libros, las polillas azucareras, las barrenillas o los gazmoños habitan los lomos, destrozan las esquinas dobladas de las novelas, se restriegan contra las grapas y los cosidos de los fanzines, los tebeos, los ensayos. Se forma una cena erudita, un simposio destructor.

Observo al pequeño animalillo frotar con las manos la comida por la bandeja de la trona, para después pasar a darle golpes con una palma, estudiar una lenteja que se le ha quedado pegada en la yema de un dedito, llevársela a la boca y masticarla como puede. Aún se está debatiendo entre cuál mano es su favorita y lo decide sobre la marcha, primero con una, después con otra. Acaricia sus tres pelos y los papos, deja un restregón de guiso sobre sus pestañas, está gestionando su propio maquillaje de bebé calcinado para una película de género. Emite una serie de gritos discontinuos pero controlados, porque ya que puede, los hace, interpreta su objeto de estudio mediante la voz. Tengo la sospecha de que no intenta comunicarse conmigo porque no me mira a mí, sino que canta sobre la legumbre y para ella. Ojalá comer por los poros, estamparse por la cara una croqueta, hincar el codo en arroz, lavarse el pelo con natillas.

Si gatea por la cocina y encuentra un granito de arroz, como ya lo reconoce, lo coge y se lo mete a la boca. Pero cuando ve una pelusa, también. La intuición y la experiencia se confunden y juegan juntas.

Conservo los ensayos de Montaigne en una preciosa edición de tapa dura, traducidos estupendamente, siempre en la mesilla de noche. Pero la mesilla de noche ha dejado de ser un lugar seguro para los objetos importantes, porque la Maldita Perra Callejera es joven y los cachorros recaban información destruyendo. Tardo en aprender que las reliquias se guardan en lo alto de las estanterías, y no abajo o en medio, donde los lomos de los libros y las esquinas pueden ser devoradas. Ahora ya sé que no debo asustarme con el resultado de las heces, que a veces son rojas, colores estridentes, o que tienen purpurina, sino más bien prestar atención, descomponerlas con un palito, inspeccionar por la casa y preguntarme qué no está en su lugar.

Pasear durante semanas con un libro en el bolso que no consigo leer es otra de mis formas conscientes de hacer y es lo que se podría llamar leer por ósmosis. El conocimiento se transmite intercambiando sustancias a través de los materiales que pasan desde el papel y la tinta hasta mi propia piel durante esas semanas en las que no consigo leer el libro. Sin embargo, pienso constantemente en él, de tal manera que al cabo de un tiempo tengo la sensación de que ya he leído ese libro y que por lo tanto puedo pasar al siguiente. La portada y sus colores, el nombre de la autora, un título que se me presenta en sueños, un inicio que he comenzado varias veces en viajes en autobús.

Veo un vídeo en el que un niño de unos seis años absorbe la información de los libros con el cuerpo. Está sentado en un pupitre del colegio y alguien le graba en medio de una clase. No tengo ni idea de dónde ha salido este vídeo ni por qué está en internet. El niño va pasando las hojas de un libro, pone las manos en cuenco sobre las páginas y se las pasa por la cara. Como si se lavara la cara, el aprendizaje le traspasa la dermis, en una suerte de skincare con un enfoque más escolástico. He probado esa técnica y no estoy segura de si funciona. Si tuviera más tiempo o más energía, no necesitaría experimentar maneras alternativas de recabar información.

He visto varias veces «El sentido de la vida» y siempre de forma fragmentaria porque me quedo dormida. En cada visionado la película adquiere matices distintos, incluso invento escenas de manera involuntaria debido al cóctel que se crea entre el soponcio, los colores de la pantalla atravesándome los párpados, los diálogos a veces en inglés y a veces en castellano, la digestión y los sueños más o menos conscientes.

Leer por ósmosis es una exposición que invita a trascender la metáfora e imaginar mediante una serie de dibujos, textos y vídeos la posibilidad de comer por los poros, acariciar los libros que queremos leer como una forma de leerlos y pensar en ellos como si pudiésemos devorarlos. Leer por ósmosis se pregunta, manchada de carboncillo, si hay formas cuir de hacer, cómo se hacen y desde qué parte del cuerpo se aprenden.

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Cartel:

Cartel de Leer por ósmosis